Ese soy yo: tengo 77 años, he nacido y me he criado en la Isla Cozumel, Quintana Roo. Con mi pareja tenemos 6 hijos, 2 de los cuales son pescadores como yo.
Mi vida en la pesca: Soy vocal secretario de la Cooperativa Cozumel de la cual soy socio desde hace 55 años. Actualmente soy capitán de la embarcación Wendy.
Lo más bonito de ser pescador es: disfrutar de cada aspecto del trabajo, me gusta ser pescador.
Lo más difícil de ser pescador es: enfrentar los huracanes y los fríos que nos golpean.
Historias del mar: un día salí a pescar en Santa Rosa, en una lanchita de 18 pies. Durante el día de pesca, las condiciones se hicieron tan difíciles y complejas a causa de un fuerte chubasco, que nuestra lancha se volteó. Uno de mis compañeros no sabía nadar, sólo nos había acompañado porque necesitábamos ayuda para subir y transportar la mercancía. Fue muy difícil enfrentar esta dificultad y ayudarle. Por suerte, gracias al viento a favor, logramos llegar a la playa y voltear la lancha.
Ese soy yo: tengo 53 años, vivo en la Isla Cozumel, Quintana Roo. Aprendí a pescar en la costa gracias a mi papá que nos enseñó el trabajo a mi hermano y a mí. Normalmente pescamos en la Bahía Espíritu Santo y nos acampamos en la Comunidad María Elena que es un lugar muy bonito y tranquilo.
Mi vida en la pesca: me convertí en socio de la Cooperativa Cozumel hace 20 años, por medio de mi papá. Actualmente, soy secretario de la Cooperativa y trabajo como buzo en la embarcación Wendy.
Lo más bonito de ser pescador es: pescar, me gusta ser pescador.
Lo más difícil de ser pescador es: salir con mal tiempo.
Ese soy yo: tengo 26 años, nací y crecí en la Isla Cozumel, Quintana Roo, donde vivo actualmente con mi hijo. Aprendí a pescar gracias a mi suegro. Me gusta tanto pescar que entre mis otras actividades me dedico a la pesca con caña.
Mi vida en la pesca: soy capitán y buzo de la embarcación Wendy. Me acerqué a la Cooperativa Cozumel hace 9 años por medio de mi suegro y soy aspirante socio. Creo en la importancia de respetar los períodos de veda de pesca, actitud que desde siempre caracteriza mi forma de trabajar.
Lo más bonito de ser pescador es: disfrutar de los momentos hermosos como cuando logramos sacar la langosta y miramos las distintas especies que pescamos.
Lo más difícil de ser pescador es: tener que enfrentar los fenómenos naturales que nos impiden trabajar.
Historias del mar: Hay dos historias que merece la pena contar. Un día, estuve a punto de sufrir del síndrome de descompresión, buceando a 160 pies. Tuve mucha suerte porque logré volver a la superficie sin consecuencias para mi salud. Otro día, junto con mi embarcación, nos quedamos a la deriva a causa de problemas en la máquina y empezamos a navegar en alta mar sin rumbo. Por suerte, cuando ya estaba atardeciendo, otra embarcación se enteró de nuestra situación de dificultad y nos rescató. Gracias a Dios todo salió bien y, después de un chequeo médico, pudimos volver a nuestras casas, por fin.